PROFECIAS
SOBRE COSIJOPPI Y SU HERMANA DONAJÍ
En una noche tempestuosa del año de
1502, Coyolicaltzin dio a luz al heredero de la nación zapoteca,
Cosijopí, que quiere decir Rayo del Aire. Cuando los astrólogos
observaron el vuelo de las aves, el aullido de las fieras y el rojo
pálido de grandes ráfagas que se alzaban en el horizonte,
exclamaron:
Cosijopí comenzará a reinar en el honor y asombro del rayo y terminará cual viento desvanecido en la noche de la desgracia.
En el invierno de 1506, nació la última hija de Cosijoeza y fue llamada Donají, que quiere decir Alma Grande. ¿Cuál es su pronóstico? preguntó Cosijoeza al pontífice Tiboot.
Cosijopí comenzará a reinar en el honor y asombro del rayo y terminará cual viento desvanecido en la noche de la desgracia.
En el invierno de 1506, nació la última hija de Cosijoeza y fue llamada Donají, que quiere decir Alma Grande. ¿Cuál es su pronóstico? preguntó Cosijoeza al pontífice Tiboot.
“Señor, una nube negra y poderosa se
cierne sobre nosotros; la infanta, es precursora de sucesos fatales
en los que morirá por amor a su patria”.
Así, la historia nos describe que el príncipe Cosijopí, en unión de su padre, abdico en favor del rey de España el señorío zapoteca que con tanto orgullo había conservado; y que Donají, convertida por una alianza en esposa de Nucano y señora soberana de los mixtecas, fue muerta por ellos, en venganza a que su padre Cosijoeza sorprendió y sometió a las tropas de su esposo.
Así, la historia nos describe que el príncipe Cosijopí, en unión de su padre, abdico en favor del rey de España el señorío zapoteca que con tanto orgullo había conservado; y que Donají, convertida por una alianza en esposa de Nucano y señora soberana de los mixtecas, fue muerta por ellos, en venganza a que su padre Cosijoeza sorprendió y sometió a las tropas de su esposo.
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