SEMANA SANTA EN IZTAPALAPA
Los pobladores
de sus ocho barrios han podido conservar la tradición heredada de decenas de
años de celebraciones muy elaboradas y sobre todo con gran realismo. Cada uno
de los roles son elegidos entre todos los habitantes y los protagonistas no
pueden ser reelegidos; por supuesto el papel de Cristo es el que tiene
criterios más estrictos para ser elegido.
Desde el Domingo
de Ramos, las casas y las calles se llenan de flores y se realiza una
procession con cientos de nazarenos que llevan adornos de bandas blancas sobre
las túnicas moradas, las vírgenes y las mujeres del pueblo adornan sus cabezas
con coronas de flores y tanto Magdalena como la Vírgen llevan atuendos
especiales y todos se dirigen a bendecir las palmas y ramos al barro de San
Lucas.
En el Jueves
Santo hay una procesión que comienza en el Jardín Cuitláhuac y recorre las
calles adornadas con listones de color blanco y morado para culminar en la Iglesia
del Señor de la Cuevita. La representación de la Última Cena se lleva a cabo en
el Jardín Cuitláhuac e incluye el Lavatorio de los Pies, el Prendimiento y la
Oración del Huerto.
En el Viernes
Santo, se realiza una elaborada representación que incluye una cuidada
escenografía y es presenciada por miles de personas. Cada uno de los cientos de
participantes toma muy en serio su papel aprendiendo sus parlamentos y cuidando
su vestimenta. La representación incluye la sentencia, los azotes, la
coronación de espinas y el Vía Crucis que culmnina en el Cerro de la Estrella
con la crucifixión de Cristo.
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